UN DESEO, UNA REALIDAD...

Don Ernesto Vignaud y su esposa Anita Passadore, fundadores de Colonia Vignaud, eran personas con una profunda fe cristiana y no podrían haber hecho otra cosa, que pensar en una Colonia donde sus pobladores tuvieran a Dios como centro de sus actividades.

Los salesianos ya se estaban ocupando de la educación de los varones. Pero la Señora Anita veía que era insuficiente lo que ella podía hacer en su casa, ocupándose de enseñar las primeras letras y el catecismo a las niñas, hijas de los colonos.

Ambos esposos pensaron enseguida en construir las habitaciones indispensables para llamar luego a las Hermanas Hijas de María Auxiliadora. Querían que fueran ellas y no otras religiosas las que acudieran a la naciente población de Vignaud, como ya habían venido los Salesianos  de Don Bosco.